miércoles, 13 de junio de 2012

1926-AMAZING STORIES (1)




En Europa, los temas explorados por el "romance científico" retomaron la atención de buen número de escritores y lectores en los años posteriores a la Primera Guerra Mundial. Pero el desarrollo del género siguió un camino muy diferente en los Estados Unidos. Allí no fueron autores o editoriales "serios" los que cultivaron la incipiente ciencia-ficción, sino lo que se conoce genéricamente como revistas pulp: publicaciones editadas en papel de mala calidad y dirigidas a un relativamente pequeño grupo de entregados seguidores. Con un formato inventado por Frank Munsey en 1898 en la revista "Argosy", sus mejores años los vivieron estas publicaciones entre los años veinte y los cincuenta del siglo pasado, como parte de un pujante negocio editorial (que también comprendía las novelas baratas y los comic-books) cuyo público objetivo era la clase baja y media-baja con un presupuesto económico que sólo les brindaba acceso a ofertas de ocio baratas. A menudo despreciadas por los estudiosos como subproducto juvenil sin mayor interés, más recientemente han sido recuperadas y apreciadas como parte fundamental de la historia no sólo de la CF, sino de otros géneros como el terror, la fantasía o el policiaco.

Al principio, estas revistas incluían relatos de una gran variedad temática: western, misterio, romántico, aventura... y ciencia-ficción. El énfasis de estas historias se ponía en la sucesión ininterrumpida de acontecimientos, personajes de marcado carisma, un código ético binario ”Bien/Mal” y, especialmente en la CF, escenarios exóticos y maravillosos. En 1906 apareció la primera de las revistas especializadas en un género concreto, "Railroad Man´s Magazine", al que pronto siguieron otras en la misma línea como "Detective Story Monthly" (1915), "Western Story" (1919), "Love Stories" (1921) o "Weird Tales" (1923). Sin embargo, ninguno se atrevió con la ciencia-ficción. Se diría que era todavía un género algo difuso, cuya escasa delimitación impedía venderlo como un producto con posibilidades comerciales. Con todo, pronto algunos editores se dieron cuenta de que cuando incluían en sus publicaciones narraciones de ciencia-ficción, las ventas aumentaban. Hasta que, en abril de 1926, nació "Amazing Stories" quizá la revista de CF más importante jamás publicada. Y ello no gracias a su formato o la calidad de las historias que incluía, sino por ser la primera en dedicarse exclusivamente al género y realizar un claro y decidido esfuerzo por su dignificación como rama independiente de la literatura popular.

Hugo Gernsback, el padre de la criatura, era perfecto para la tarea, un personaje no sólo conocido entre los aficionados a la CF, sino entre los historiadores de la tecnología. Nacido en Luxemburgo en 1885, emigró a Estados Unidos en 1903, convirtiéndose en un destacado pionero en la retransmisión de radio y televisión. Su emisora WRNY-1010 AM, Coytesville, empezó a emitir el 12 de junio de 1925 desde su estudio en Nueva York, presentando programas diarios de cinco minutos sobre cocina, ejercicios gimnásticos y conciertos. Su pasión por la tecnología le llevó al ámbito de la divulgación a través de la edición de revistas de ciencia popular, como "Modern Electrics" y "Science and Invention", en las que junto a artículos científicos incluía regularmente ejemplos de lo que llamaba "cientificción" ("Scientifiction"). La mayor parte de ese material era estilísticamente aburrido y muy convencional, sin el sentido de la maravilla y el impulso aventurero que se podían encontrar en otros "romances científicos" del estilo de los seriales de Edgar Rice Burroughs. En muchos casos no eran más que insulsos rellenos cuyo auténtico propósito era la presentación de una nueva idea o invento y que más se asemejaban a manuales de instrucciones que a un relato de ficción. La novela "Ralph 124C41+" (1912, recopilada en libro en 1925) fue escrita por el propio Gernsback siguiendo estas directrices; el tiempo la ha convertido en un texto apenas digerible hoy.

Pero en su momento tuvo éxito, y ello animó a Gernsback a reclutar a otros escritores de ficción para su revista "Practical Electrics" primero y otras publicaciones después, dedicando desde entonces todas sus energías a la tarea de edición y relegando sus otros negocios a un segundo plano. Él mismo continuó escribiendo ocasionalmente ciencia ficción, por ejemplo, "La tormenta magnética" (1918), en la que presentaba con didactismo su plan para finalizar la Primera Guerra Mundial utilizando el electromagnetismo para desmontar la maquinaria bélica alemana. Lo más destacable de su producción posterior a "Ralph...", sin embargo, fueron dos novelas: "“Baron Munchausen´s New Scientific Adventures” (serializada en "Electrical Experimenter" de 1915 a 1917 y nunca reeditada en forma de libro), en la que el fanfarrón personaje del siglo XVIII interviene en la Gran Guerra antes de embarcarse en un largo viaje espacial que va perdiendo su vena satírica inicial hasta convertirse en una sosa utopía; y "Ultimate World", publicado póstumamente en 1971, una intriga en la que visitantes alienígenas aumentan la inteligencia de los niños terrestres.

Es, sin embargo, por su faceta de editor por lo que Gernsback es recordado hoy. Tras el éxito cosechado
con un número especial "Scientific Fiction” de su revista “Science and Invention” en 1923, Gernsback comenzó a darle vueltas a la idea de publicar un magazine exclusivamente dedicado al género. El resultado fue, tres años después, "Amazing Stories", de noventa y seis páginas. Su fórmula editorial obtuvo un éxito inmediato, alcanzando en poco tiempo una circulación mensual de 100.000 ejemplares. No tardaron otros editores en crear sus propias revistas de CF, revistas cuyos títulos reconocían su deuda con la de Gernsback: "Astounding Stories" (1930), "Astonishing Stories" (1931), "Marvel Science Stories" (1938), "Startling Stories" (1939)... La mayoría eran propiedad de grandes compañías, como Munsey o Clayton, en cuyo catálogo se incluían listas enteras de cabeceras pulp.

Paradójicamente, el primer competidor de Gernsback fue él mismo. Se había expandido tanto financieramente que perdió el control de su negocio, haciendo bancarrota en 1929. La revista quedó entonces bajo la dirección de Arthur Lynch primero y T.O´Connor Sloane después. "Amazing Stories" conservó su popularidad hasta mediados de los cincuenta. Desde entonces, fue cancelándose y reapareciendo esporádica pero regularmente, pasando de dueño en dueño. Su última encarnación tuvo lugar bajo la tutela de la compañía de juegos de rol Wizards of the Coast, con un contenido basado principalmente en franquicias cinematográficas o televisivas . Dejó de publicarse en agosto de 2000.

En fin, tras la pérdida de su cabecera favorita, Gernsback no se desanimó, ni
mucho menos. Fundó inmediatamente otras revistas, como "Science Wonder Stories" (12 números entre junio de 1929 y mayo de 1930), "Science Wonder Quarterly" (tres números en 1929 y 1930), "Scientific Detective Stories" (diez números desde enero a octubre de 1930) o "Air Wonder Stories" (11 números entre julio de 1929 y mayo de 1930); pero siempre fueron publicaciones de precaria y breve existencia que no lograron emular el éxito que había obtenido con "Amazing". Sólo "Wonder Stories" (amalgama de otras dos cabeceras, "Science Wonder Stories" y "Air Wonder Stories") consiguió acercarse, sobreviviendo holgadamente hasta los primeros años treinta. Fue esta última publicación para la que Gernsback, intentando eludir conflictos legales con su antigua revista, inventó una palabra para definir las narraciones que editaba: "ciencia-ficción", término que imprimía en las portadas de sus revistas. (Ulteriores investigaciones revelaron que el término "ciencia ficción" había sido independientemente acuñado en 1851 por un oscuro crítico, William Wilson, tan desconocido para Gernsback entonces como para el resto del mundo).

La fórmula inicial consistía en ahorrar costes a base de reeditar novelas y relatos de Julio Verne, H.G.Wells, Edgar Allan Poe y otros pioneros del género ya entonces muy populares. Los comentarios que el propio Gernsback realizó a estas obras constituyen una especie de pionera historia de la ciencia-ficción. El contenido se completaba con artículos científicos y pasatiempos. Más tarde optó por publicar exclusivamente historias de escritores vivos, ya fueran nombres establecidos (George Allan England, Garrett P.Serviss, Abraham Merritt), ya principiantes cuyas carreras él mismo contribuyó a impulsar (Jack Williamson, Clifford D.Simak, H.P.Lovecraft, Edmond Hamilton, Stanley G.Weinbaum... ). También organizó concursos entre los lectores, animándoles a enviar sus relatos -siempre que tuvieran una clara orientación tecnológica o científica-. De uno de ellos salió la primera narración escrita por una mujer que apareció en una revista de CF: "The Fate of the Poseidonia" (1927), escrita por Clare Winger Harris.

(Continúa en la siguiente entrada)

2 comentarios:

  1. Sr. Manuel andaba usted muy perdido ya nos tenia preocupados XD

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  2. Jajaja, gracias, ya veo que al menos alguien controla mis movimientos. Es lo que tienen las vacaciones. Y las mías, además, con ausencia total de elemento tecnológico. Eso sí, recogiendo nuevos materiales y acudiendo a lugares inspiradores... en fin, de vuelta y ya con varias cosas en el disparadero. Un saludo!

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